Maternidad en blanco y negro

Mujeres buscando igualdad. Complejo tema cuando hasta en lo físico somos tan distintos. Pero nuestra distinción nos llena de poder, a la vez que nos presenta un gran desafío: ser madres, traer vida al mundo.

En Chile aún falta camino por recorrer en esta materia, velar por el bienestar de los nuevos ciudadanos, pero también de la olvidada madre, que es el pilar fundamental de su hijo, que aprende de una manera locamente acelerada en sus primeros años de vida.

El momento del nacimiento genera el cambio más grande en la historia de la vida de una mujer. Cada vez que un bebé nace, nace también una nueva mamá. Un rol nuevo, potente, completamente distinto a lo vivido antes. Y aunque es más radical con el primer hijo/a, es cierto también para cada nacimiento. 

Luego de éste mágico episodio no hay pausa ni descanso entre leche, pañales y cortas siestas, para asumir quién fui hasta el momento antes del nacimiento, y quién soy ahora que mis prioridades cambiaron profundamente para brindar bienestar a mi bebé y asumir mi nuevo gran rol.

Para proteger al bebé, la naturaleza brinda a la mujer una alta dosis de hormonas que junto al estrés de cuidar al recién nacido, la alta exigencia, y la poca o nula experiencia, crean una situación que puede decaer los ánimos e incluso llegar a la depresión.

Antiguamente como mujeres fuimos más unidas. Si no era la mamá, era la vecina que nos apoyaba o tan solo se acercaba a preguntar cómo estás. Hoy el acelerado ritmo de la vida y el avance tecnológico nos hacen vivir más apartados en la creencia de que con esas ayudas tecnológicas tenemos "todo lo que necesitamos". Pero ¡No es así! En el proceso de la maternidad, además de hacernos responsables de él o los bebés, nos sometemos a profundos cambios que se generan a nivel emocional e incluso a nivel cerebral, y son permanentes, para toda la vida. Eso nadie nos los dijo. 


El bebé en sus primeros meses y años tiene un desarrollo neuronal explosivo, en el que una mujer feliz y tranquila, con sus necesidades básicas y emocionales cubiertas puede brindar atención de mayor calidad. Si logramos brindar lo necesario a nuestro bebé en el tiempo que compartimos con Él, seremos protagonistas en
la creación de una sociedad mejor.

Por eso escribo hoy. Para decirte que a muchas nos pasa, que te reúnas con tus amigas, con tu madre y con tu abuela, a reconciliarte, a decirles lo mucho que las admiras y valoras lo que hicieron, a hablar de lo que a ti te pasa ahora, y a resolverlo, a llenarte de conversaciones y disfrutar de la compañía, a compartir el amor que irradia tu bebé por el solo hecho de estar vivo. Sobretodo a no tener vergüenza de sentirte decaída y sin ánimo. Busca tu tranquilidad. El bebé será lo que tu logras entregarle. Entrégale una base sólida de amor y tranquilidad, para que sobre ella construya alto. 

Busquemos justicia con la convicción de que aquello que aún en el s. XXI nos socava ante la sociedad, es el poder que nos permite hacer milagros.


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