Sexo a la Chilena: El camino a la felicidad no empieza por el cuerpo


               Hoy quiero referirme a una temática fundamental en nuestras vidas, transversal y determinante, la sexualidad como fuente de vida, pues sabemos que ella no solo nos trae al mundo, sino que además nos brinda salud física, mental y calidad de vida.  Pese a lo anterior y como tantas cosas dentro del patriarcado, la sexualidad se vive distinto entre hombres y mujeres y nuestro país desde luego, no es la excepción.

En una encuesta realizada por la Universidad de Oxford y la Universidad de Santiago de Chile  el año 2015, respecto de la satisfacción en las relaciones sexuales de los Chilenos, indica que 51,8% de los hombres se encuentran satisfechos con sus encuentros sexuales, descendiendo en el caso de las mujeres  hasta el 44,4% .

          La investigación mencionada brinda una valiosa información, dando pie para análisis desde distintas perspectivas, sin embargo en lo personal me pregunto: ¿por qué los hombres disfrutan más su sexualidad?.

           Una vez más el imaginario social nos pesa, el que a través de la religiosidad o falsa moralidad nos deja indefensas e incrédulas frente a premisa de que el sexo y más allá de él, el placer sexual, es para todos un derecho inalienable.

                Pero, ustedes se preguntarán:   ¿cómo es el sexo a la chilena?

                Según mi apreciación y en base a la experiencia profesional en el área familiar y abalando las pocas estadísticas existentes, debo decir con pesar, que es precario aún. Que la mejora de él va variando según el contexto social, religioso, económico, geográfico y educativo de las chilenas.  Les contaré que hay una gran parte de nosotras que ven el sexo de forma meramente reproductiva o  como un deber conyugal o con su pareja, que no conocen su cuerpo, que no se masturban, que no han tenido nunca un orgasmo, que no compran preservativos o lubricantes por vergüenza, ni mucho menos juguetes sexuales. Mujeres que no disfrutan de su sensualidad, que no le dicen a su pareja lo que quieren, que no resaltan su cuerpo por miedo a ser juzgadas, que fingen orgasmos, por nombrar algunas de las muchas actitudes que nos restan el placer, actitudes que asumimos como correctas y que fueron aprendidas y enseñadas por nuestras abuelas y madres como sinónimo de mujer "cándida" ejemplo a seguir, castrando y demonizando la sexualidad femenina a través de la historia.

           Déjenme compartir con ustedes algo que aprendí hace algunos de años de la ciencia y la práctica, el órgano del placer, no es nuestra vulva, ni pechos, ni nuestro amado clítoris, ni el más reciente descubrimiento, el punto G, no es nuestra boca, ni nuestra piel, el órgano sexual por excelencia es nuestro cerebro. Es él quien genera y conduce los impulsos sexuales, es por ello que en la medida en que nos sintamos plenas, seguras con nosotras mismas, deseadas, libres de juicios, libres de culpas, dueñas de nuestro cuerpo, en la medida en que nos conozcamos y por sobre todo, busquemos el placer, éste será encontrado.

                Es sabido que las mujeres bajan su rendimiento sexual tras la menopausia, tras la operaciones internas, o tras el paso del tiempo, pero ello sólo ocurre en la medida en que nosotras nos permitimos dejar de seres sexuales, es cierto que dichas situaciones traen consigo algunos cambios físicos, lo que si pensamos un poco más, vienen de la mano con el termino de nuestra etapa reproductiva, pero no quiere decir que después de cierta edad nuestro cuerpo deje de funcionar sexualmente, ya que  las mujeres, al igual que los hombres, son seres sexuados desde el nacimiento hasta la muerte.

            Estamos rodeadas de mitos y publicidad que afecta nuestro disfrute, la pornografía y los medios de comunicación por ejemplo, quienes nos tienen  absolutamente convencidas de que si no tenemos el cuerpo perfecto no somos hermosas, no somos sexis ni dignas de deseo, nos insegurizan, nos dictan posiciones sexuales y nos dicen cómo debemos conducirnos, sin embargo el sexo es libre, es un proceso individual de auto descubrimiento, en el que se involucra a la o las parejas que tengamos, por ende no debe estar pauteado ni contaminado.

          Mi invitación en esta oportunidad es a explorarse a amarse y buscar constantemente el placer en sus vidas, como un regalo propio, como un regalo para sus hijas, quienes como todo en la vida, aprenden de sus madres. A romper tabúes y a guiar su cuerpo en la dirección que ustedes quieran, como mujeres libres, poderosas, dueñas de su verdad, de su piel, de sus pensamientos y acciones, dueñas de su vida. Tomen el control y permítanse el placer, como un derecho y un deber ser.

María Pilar Ferrada Peña




Comentarios

  1. Me encantó, tan cierto todo lo que describes, una mirada profunda de nosotras mismas, de como vivimos nuestra intimidad. Ojalá nos libráramos poco a poco de tabúes y sobre todo de conceptos mal concebidos de como debe ser la sexualidad femenina. Gracias por escribir este artículo que ayuda a abrir los ojos y realizar un análisis de nuestro yo interno.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. Muchas gracias querida amiga por comentar. Nuestro mas profundo deseo es poder contribuir en desmitificar nuestro género a través de la información y reflexión de temas tan importantes como este. Un abrazo !!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares